Se lleva el cuerpo "runnning". Nuevos cánones de belleza
El canon de belleza es el conjunto de aquellas características, que una sociedad considera convencionalmente, como hermoso o atractivo.
Estos cánones de perfección, como todo, han ido evolucionando a lo largo del tiempo. El cuerpo ideal femenino, ha pasado por todas las variables posibles. Desde las curvas más pronunciadas, que podemos admirar en los antiguos lienzos de Botero, hasta la delgadez más extrema en una historia más reciente. Basta observar las pasarelas de moda, escaparate mundial de la estética, para ver hasta qué punto, la figura de la mujer delgada, es lo que se ha potenciado como el canon de belleza actual. De vez en cuando, se oye una noticia, sobre una colección para “tallas grandes” o esa referencia a una pobre modelo, que lo único que ha hecho es tener un cuerpo normal con un peso estándar. Se hace referencia a esos casos como algo excepcional, no como algo cotidiano, reflejo de la mujer real que podemos ver en la calle. Incluso desde la niñez, se nos inculca esa perfección casi inalcanzable. No creo que nadie recuerde una Barbie con curvas o rellenita, ni ese tipo de mujer voluptuosa en las revistas o en la televisión. Quizá aparecían de vez en cuando, pero simplemente no te fijabas. Siempre tendemos a centrar nuestra atención en lo que nos han dicho que es perfecto, en lo que aspiramos ser. Sin querer o queriendo, aunque no se sepa muy bien el origen, ese cánon de belleza que se hace popular, se va asentando fuertemente en la sociedad, creando como consecuencia, esa mentalidad de que si no tenemos esa talla S, o mejor, XS, no tendremos éxito.
Con esto, no pretendo hacer una crítica a los cánones de belleza, puesto que siempre han existido y existirán. Esto se trata más bien, de una reflexión, sobre cómo la sociedad nos obliga de alguna manera, sutil pero evidente a la vez, a lucir un determinado cuerpo que inexorablemente, está ligado al éxito. Los cánones en sí, no son malos; hay épocas en las que se lleva una cosa u otra; al igual que ahora está de moda el running y ayer, el spinning. Sin embargo, estos cánones si son muy irreales, pueden llegar a resultar nocivos, poniendo en serio peligro nuestra autoestima, nuestra salud, la de nuestro cuerpo y también, la de nuestra mente.
Además de los medios de comunicación, la publicidad, la moda y miles de otros factores que nos bombardean de información y determinan ese ideal social, cabe destacar, el mundo del fitness, el cual, ha tenido una gran influencia en los cánones de belleza actuales.
Con su llegada, el fitness revolucionó la sociedad, potenciando una nueva imagen perfecta de la mujer. Allá por la década de las 80, la espectacular Jane Fonda, en sus populares vídeos realizando aerobic, lucía los beneficios del ejercicio físico, con un cuerpo delgado y tonificado. De pronto, todas las mujeres comenzaron a ponerse en forma, luchando por obtener esa apariencia atlética.
Sin embargo, como se suele decir, todo llevado al extremo es malo. Los aspectos positivos de llevar una vida activa, son innumerables. Un entrenamiento acorde a nosotras es bueno; pero el sobreentrenamiento para llegar a unos objetivos demasiado ambiciosos, no. Si para lograr ese cuerpo “ideal” esbelto, delgado y tonificado, se roza el límite de la salud, esa práctica, sea la que sea, deja de tener beneficios. Al contrario, genera un resultado muy negativo, incompatible con una vida plena, feliz y real.
Por suerte, una nueva etapa, ha comenzado, o eso es lo que nos gusta creer. Ha aparecido esa corriente que lo que potencia es ese “Love yourself” Una etapa en la que se ha llegado a una conclusión, a una realidad. La realidad simple y clara de que si todas las personas somos diferentes, no puede existir un canon común. Ha llegado por fin un tiempo de liberación y de rechazo a esos estereotipos que no nos identifican en absoluto.
Porque lo ideal es aspirar a lo mejor que podamos ser, dentro de nuestras condiciones y posibilidades. Tenemos una belleza propia, con curvas, sin ellas, delgadas, tonificadas, o incluso como se dice ahora “fofisanas”. Ha comenzado una época de abrir los ojos y buscar nuestra propia perfección, que no es otra cosa, que lograr la plenitud física y mental. Buscar cada día, ser mejor que ayer y que lo que hagamos, nos haga felices.